Por Otros 25 Años, al gran Pueblo Salud

Por Facundo Morales
Asesor del Legislador porteño Martin Hourest – Bloque Igualdad Social
famorales01@gmail.com

Tomando un café con un amigo el domingo pasado, este me preguntó cómo se podía creer en la democracia sabiendo que existen métodos como los que se dieron a conocer por el diario “Crítica” (“DIPUTRUCHOS”, 13 de diciembre de 2008) en instituciones que supuestamente respetan la voluntad popular; luego, hablando con un compañero de militancia me quedé asombrado por otra reacción que fue de desesperanza, algo así como “muchas veces se denuncian estas cosas y nunca pasa nada”. Estas dos reacciones, de personas más o menos de la misma edad, pibes que nacieron en los albores de la democracia me llevaron a reflexionar sobre los 25 años de democracia que estamos viviendo, y en otros tanto que nos costaron para conseguir tener esta forma de gobierno, mejorable pero largamente la mejor que existe hasta ahora.
Pero a la hora de referirnos a la democracia me surgen algunas preguntas que a mi entender disparan un debate que es necesario ¿de qué hablamos cuando hablamos de democracia?; ¿a qué nos referimos?; ¿qué contiene estas palabras?; ¿cuál es su extensión?; ¿tiene valores predeterminados?; ¿la democracia que tenemos es a lo mejor que podemos aspirar o podemos esperar otra cosa de ella?; y, por último ¿Qué es lo que esperamos de ella?
La democracia, como forma de gobierno, nos viene de la Grecia Antigua, y su lineamiento base, a mi entender, no ha cambiado. Es la forma de gobierno de muchos, en contraposición del gobierno de unos pocos o de uno. Es la única forma que existe para que los que no tienen voz, la tengan. Claro, que esto depende mayormente de la decisión que se tome como sociedad, puede ser una democracia con amplia participación popular o con poca participación popular; es por eso que a la democracia representativa se le adosa, en estas épocas, la palabra “participativa”, porque muchos creemos que no alcanza con que los hombres y mujeres de nuestro país voten, sino que también es necesario que participen, que se “metan” en las cuestiones sociales, porque en definitiva estas son las que marcan el rumbo del individuo.
Las sociedades, construyen su pasado y su presente desde la perspectiva del futuro. Es decir, que vivimos de acuerdo a lo que queremos para adelante, y esto hace que tengamos (junto con otros elementos, como la historia) una perspectiva y una valoración sobre nuestro pasado. En mi caso particular yo nací y crecí en democracia, pero conviviendo todos los días con los que nos dejó los 7 años que van de 1976 a 1983 de dictadura genocida. Pero es una dictadura genocida no solo porque todavía estamos buscando a la mayoría de los 30.000 compañeros que fueron detenidos, torturados y luego y desaparecidos, sino también porque es responsable de la implementación de políticas que destruyeron a la sociedad, que destruyeron la actividad económica del país, que dejó a miles y miles de argentinos sin trabajo, sin educación y sin vivienda. Claro que ellos fueron los responsables del inicio de este proceso que algunos llaman, neoliberalismo, y que hubo muchos presidentes constitucionales que siguieron apostando a estas políticas, pero el inicio no es otro que este.
La democracia, al ser el gobierno de la mayoría, debe asegurar a cada uno de los argentinos libertad, justicia y equidad, y claramente esto no sucede. Pero de esto no podemos acusar a los milicos, ellos no gobernaron en estos 25 años de ciclos económicos buenos, regulares y malos, sino que fueron aquellos que nosotros elegimos por medio del voto popular, los que deben ser responsabilizados.
Pero como sociedad, como partes del conjunto no podemos quedarnos con la acusación, porque nosotros también somos los responsables, de hecho somos los soberanos que elegimos. Elegimos a quienes nos representan y elegimos participar o no de política, y por supuesto que las decisiones que tomaron nuestros representantes no ayudan a que haya un estado de participación como es deseable, pero justamente (aunque parezca paradójico) este contexto es el que nos debe convencer de que la participación es necesaria, pues si no encontramos las respuestas en la actual clase política debemos crear otra, y esto solo se logra inmiscuyéndonos en las cosas que atañen a la sociedad.
No tenemos que tener miedo de criticar a la democracia, esto la hace más fuerte. A lo que debemos temerle es a no poder generar los espacios necesarios para que este sistema perfectible, manejado por personas, sea cada día mejor y le asegure a todo nuestro pueblo dignidad, trabajo, educación, vivienda, cultura, salud, el respeto al prójimo. Si esto no lo podemos lograr serán 25 años de no haber aprendido nada, pero si caminamos hacia este lugar, tal vez en 25 años podamos brindar no solo porque “MILICOS NUNCA MAS”, sino también porque “NUNCA MAS UNA ARGENTINA INEQUITATIVA”

3 Comentarios

  • carolina dice:

    Para mi la democracia es sinonimo de LIBERTAD, DERECHOS E IGUALDAD….aunque cada uno la utilice de distinta manera, la democracia es una sola y tendria que ser ser utilizada de una sola manera, para todos y no para algunos pocos que piensan que porque tienen «poder» o cargos importantes son los dueños de la verdad, del pais, de la democracia. sin embargo ellos son asi gracias a nosotros, que los votamos sabiendo lo que son y lo que hacen y los volvemos a votar, siendo luego los primeros en quejarnos y en decir como puede haber un presidente, gobernador o legislador asi, obviando el momento en que fuimos a votar y pusimos en la urna ese nombre que ahora es el responsable de nosotros como sociedad y como ciudadanos.

  • eduardo ramon morales dice:

    muy interesante. Eres facundo, hijo de Gustavo, nieto de cesar?Si eres, escribeme

Los comentarios están cerrados.